Queremos decirte que esto también es un negocio y está hecho con la finalidad de que gastes tu quincenita en ello y aquí te vamos a dar algunas claves para cuidar tu dinero.
El otro día nos llegó un mensaje por el Instagram de Querido Dinero que queremos responder por aquí:
“Hola, me quiero comprar una tele, ando viendo muchas opciones y tengo pendiente de que se acaben en el Buen Fin y puede ser que hasta me quede sin tele por andarme esperando. Luego dicen que suben el precio de los productos para después ponerlos en “descuento”, entonces me pregunto si debo esperar hasta el Buen Fin, la compro antes o la compro después. ¡Aiuda!
OKOK. Vamos por partes
Hoy hablaremos de esa cosa mística llamada el Buen Fin
Esta campaña de compra- venta fue creada con la intención de hacer felices a las personas (porque la mayoría ama comprar) pero también fue creada con la idea de invitarnos a gastar en cosas que no necesitamos pero nos venden la idea de que en serio sí las necesitamos en nuestra vida.
- Llévatelo ahora y paga después
- Ofertón
- Última oportunidad
- Descuentazo
- Ya casi se acaban
Todas estas frases son obra y arte del marketing y la publicidad que quieren que compres sin hacer mucho análisis. Con esto no queremos decir que las empresas y tiendas departamentales son la cosa más malvada del planeta. Lo que queremos decirte es que esto también es un negocio y está hecho con la finalidad de que gastes tu quincenita en ello.
El reto: no quedar endeudado
Primero que nada debes saber que no es necesario caer en esta tentación, muchas veces nos dejamos llevar por la presión social que por nuestra necesidad real y por caer en este rush nos terminamos perjudicando a nosotros mismos.
Mide tus niveles de impulsividad
La gente, impulsivamente tiende a endeudarse a lo menso.
No estamos en contra de los meses sin intereses, lo que queremos es que tengas gastos controlados y bien pensados. El Buen Fin es una buena oportunidad cuando en serio encuentras ese producto que tanto quieres, a un precio más bajo y sobre todo, cuando ya tienes el dinero destinado para ese gasto.
Supongamos que quieres comprarte esa televisión smart tv de 35 mil pulgadas, pantalla plana, inteligencia artificial de última generación, etc.
Lo primero que tendrás que preguntarte es:
¿Esta oferta que me estoy encontrando es el mejor precio histórico de ese producto?
Luego pasa que algunas empresas suben el precio tantito antes del Buen Fin para luego bajarlo y “vender la idea” de que se bajó de precio pero en realidad sigue costando lo mismo.
Para esto, tendrás que investigar con tiempo, cómo está el precio actual de esa cosa que quieras comprar e ir checando qué onda. Si sube el precio, si baja y si en realidad es un “ofertón”.
Tírale paro a los pequeños negocios
El local de uñas de gelishs, el puesto de flores de tu colonia y demás negocios emprendedores son a los que debes apoyar en este Buen Fin.
Incluso, puedes ir comprando los regalos para Navidad con tiempo, tu yo del futuro te lo va a agradecer.
Es súper importante que antes de comprar, cheques las páginas de internet.
Aguas con los fraudes, evita esos mails con “promociones del Buen Fin” en donde te piden tu tarjeta y demás datos personales.
Ten cuidado con los meses sin interes
La regla para comprar algo a meses sin intereses es que el servicio o producto que vas a comprar debe durar más tiempo de lo que tú te vas a tardar en terminar de pagar esa deuda.
Por ejemplo:
1- Pagar tu frapuccino a 12 meses sin intereses no tiene ningún sentido porque te lo vas a acabar en 30 minutos.
2- Pagar tu celular a 12 meses tiene más sentido porque (si lo cuidas) te va a durar más que el tiempo que tardas en liquidarlo.
Hazte la pregunta clave
¿Qué pasa si no lo compro?
Responde con sinceridad:
a) No pasa nada
b) Me voy a enojar conmigo misma/o
c) Si no lo compro, va a tener un impacto negativo en mi existencia, de verdad necesito comprarlo
Una vez que hayas respondido esta pregunta, será momento de sacar tus propias conclusiones.
Muchas veces, querrás un artículo que no es tan fundamental para tu vida pero recuerda que también merecemos comprar cosas que nos hacen felices. Solo no te excedas a cada rato con el discurso de “para eso trabajo o merezco ser feliz”.
Si es una compra que ya planeaste y analizaste, date.
