La inversión como un mecanismo para el futuro financiero
7 ago. 2025
Una de las condiciones que más afectan el bienestar futuro de la población adulta en México es la falta de esquemas sostenibles de ingresos para la vejez, especialmente aquellos que no dependan del gobierno, de familiares o de seguir trabajando.
De acuerdo con la Encuesta Nacional sobre Salud Financiera (Ensafi) 2023, el 40.6% de la población adulta (mayores de 18 años) no cuenta con un esquema de ingresos para la vejez que sea independiente de seguir trabajando, de apoyos gubernamentales o de recibir dinero de familiares. Mientras que el resto (59.4%) espera financiar su vejez a través de mecanismos propios, derivados del ahorro o la inversión, como son pensiones, Afores, planes privados de retiro, así como ingresos por renta o venta de propiedades, vehículos, ganado u otras inversiones financieras, de forma que:
- 47.4% de los adultos piensan tener ingresos con su pensión, jubilación, Afore o plan privado de retiro;
- 24.8% será vendiendo o rentando bienes o propiedades (vehículos, casas, ganado, etcétera);
- 11.2% con ingresos por inversiones en bancos o instituciones financieras.
11.2% con ingresos por inversiones en bancos o instituciones financieras.Este desafío se acentúa al observar que el 54.8% de la población ocupada en México labora en la informalidad (Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, junio 2025), lo que limita su acceso a una AFORE y los obliga a buscar otras vías para asegurar su retiro.
Sin embargo, no basta con contar con un esquema de ingresos para la vejez; su suficiencia y estabilidad también debe ser parte central del debate. Es importante recordar que en la vejez los gastos suelen incrementarse, especialmente en temas de salud. De acuerdo con la ENIGH 2024, los hogares conformados exclusivamente por personas de 65 años o más reportaron un ingreso 30.7% inferior al promedio nacional, lo que evidencia una brecha en ingresos que puede reflejarse en una calidad de vida comprometida para este sector.
Frente a este panorama, conviene subrayar tres puntos clave:
- Es financieramente saludable contar con ingresos propios para la vejez, sin depender del gobierno, de la familia o de continuar trabajando.
- Contar con una AFORE o un plan de jubilación es un paso importante, pero no garantiza mantener el nivel de vida previo a la jubilación. En muchos casos, estos esquemas podrían no estar alineados con las necesidades reales del futuro —como el aumento en los gastos de salud o la longevidad creciente—. Por ello, diversificar las fuentes de ingreso es clave para construir una estrategia de retiro más sólida y resiliente.
- Existen fuentes de ingreso potencial para la vejez que están subutilizadas, como la inversión en instrumentos financieros, bienes inmuebles o esquemas alternativos de generación de patrimonio. Muchas personas no las consideran por desconocimiento, desconfianza o falta de educación financiera.
Hoy en día, quienes desean planificar su retiro cuentan con una variedad de instrumentos financieros de largo plazo, más allá de las aportaciones voluntarias a las AFORES, como pueden ser:
- Planes Personales de Retiro (PPR), que permiten deducciones fiscales y aportaciones flexibles.
- CETES, que son instrumentos del gobierno que permiten invertir desde montos bajos con rendimientos superiores al ahorro tradicional.
- Para quienes buscan diversificación, existen los fondos de inversión, administrados por expertos, o los ETFs, que replican índices o sectores y se compran como acciones en la bolsa. O, incluso, invertir directamente en acciones bursátiles, con mayor potencial de rendimiento y de riesgo, por lo que hay que asesorarse y documentarse bien.
Finalmente, el retiro es una etapa que debe planearse, no improvisarse, y mientras más temprano se inicie, mayores serán las oportunidades de asegurar una vejez digna, tranquila e independiente.
Guillermo Jr. Cárdenas Salgado
Economista Senior | BBVA Research
Estudios Económicos México