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La productividad es la receta para un mundo que envejece

3 feb. 2023

Alan Vázquez Alvarado

En la primera década del siglo XXI llamaron la atención algunos países cuyas expectativas de crecimiento destacaban en comparación al resto del mundo. Conformado por Brasil, Rusia, India y China y posteriormente Sudáfrica, se les conocieron como BRICS, el término que los identificó como economías emergentes y con potencial de crecimiento.

La historia de los BRICS puede resumirse por el increíble ascenso de China, seguido de India, y por el uso eficiente de sus recursos. En este sentido, se puede definir que el crecimiento potencial de un país está dado por los factores de capital, trabajo y productividad.

En aquella época estos factores de producción parecían estar en un punto óptimo para el crecimiento de estos países, pese a esto, aquellos que han logrado establecer su presencia dentro del orden económico mundial han sido los que implementaron políticas orientadas a robustecer la productividad de sus recursos como China e India, Hacia adelante, este factor ganará relevancia.

Sin embargo, recientemente, ha surgido una amenaza para una de estas nuevas potencias. De acuerdo al Buró Nacional de Estadística, China tenía 1.41 billones de personas al final del 2022, cayendo 850,000 vs. 2021. Desde 1961 no registraba un declive en su población.

Durante años, el crecimiento demográfico de China le permitió gozar de impulso económico al contar con una amplia oferta de mano de obra barata, y desde 2012, su población en edad de trabajar comenzó a contraerse y continúa hasta ahora. La salida abrupta de la política tolerancia cero al COVID-19 ha traído consigo numerosas muertes, sin embargo, los datos oficiales indican que dichos decesos no se ven reflejados en los números poblacionales.

En 2016 la política de un solo hijo (introducida en 1980) fue removida y en 2021 cambió a una política de tres hijos por pareja. Este cambio de régimen, acompañado de incentivos fiscales y mayor tiempo de maternidad ha tenido poco éxito. Muchos especialistas sugieren que la razón del declive es el claro deseo de no reproducirse. 

De 1960 a la fecha, la tasa de fertilidad en el mundo, la cual mide el número de hijos que una mujer espera tener durante su vida ha caído a la mitad, de 5 a 2.4, ligeramente por encima de la tasa de reemplazo – la tasa a la cual la población se mantiene constante – de 2.1.

Adicionalmente, la población ha envejecido y la proporción de retirados a personas en edad de trabajar ha incrementado. Esto se debe en gran parte, a que la esperanza de vida en el mundo se ha incrementado de 51 a 72 desde 1960. 

En China se espera que para 2050 la edad media de la población sea de 51 años, 12 años más que la actual. Una China más vieja deberá de trabajar más duro para conservar su estatus económico o deberá ser más eficiente, es decir, contar con mayor productividad.

Por otro lado, hay países que gozan del dividendo poblacional. India, que acaba de sobrepasar a China como el país con mayor población en el mundo con 1.417 billones de personas (de acuerdo con la ONU), se espera que alcance 1.67 billones para 2050, mientras que para China se espera que su población se contraiga a 1.31 billones de personas.

Los efectos de un declive en los fundamentales demográficos de un país respecto a inversiones es relevante. Los fondos de pensiones necesitarán buscar mayores fuentes de retorno para hacer frente a las obligaciones de los retirados, poniendo presión al alza a las tasas reales del país o incrementar la edad de retiro, algo que podría traer consigo un descontento social.

La productividad de los países es uno de los factores más importantes para continuar y asegurar su crecimiento. La búsqueda de retorno y mayores tasas reales de inversión incrementa el costo del capital de las compañías, volviendo más complicado financiar proyectos de inversión. Además, con una menor oferta de mano de obra, la tasa de crecimiento potencial del país se contraería. En el neto, a no ser que los países que enfrentan un declive poblacional se vuelvan más eficiente en sus formas de producción, hacía adelante se podrían encontrar con menores retornos esperados sobre inversión. 

Alan Vázquez Alvarado, CFA
VP Portfolio Manager Asset Allocation
BBVA Asset Management
alanjosue.vazquez@bbva.com