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Tormenta perfecta / Contratiempo

22 jul. 2022

Adolfo López González

La inflación a nivel mundial se encuentra en máximos históricos. En Estados Unidos, la inflación se ubica en 9.1% y en México en 8.09% (niveles no observados desde 1981 y 2000 respectivamente). Es importante resaltar que rara vez en la historia, se ha podido observar que la inflación de Estados Unidos es mayor a la de México.

Las principales presiones inflacionarias, están influenciadas por cuellos de botella en cadenas de suministro generados por la pandemia COVID 19, misma que sigue afectando con nuevas olas por variantes del virus. El conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, de igual manera tiene una afectación directa en los precios de energéticos. Lo anterior, debido a que Rusia es el principal proveedor de gas en Europa y uno de los mayores productores de petróleo, presionando principalmente los precios de materias primas, como lo es el precio del Brent el cual subió a niveles máximos este año, resultando en 127.98 pesos (no visto desde 2008). Asimismo, dicho conflicto trae consigo presiones en el precio de granos y fertilizantes por la injerencia de ambos países a nivel mundial, asociado a dicho efecto, el cambio climático tampoco ha beneficiado ya que afecta la producción agrícola y algunas geografías con desastres naturales.

Las presiones en inflación han creado un dilema para los bancos centrales, debiendo decidir si establecer políticas económicas restrictivas, quitando estímulos y aumentando tasas de interés de manera agresiva con el fin de controlar la inflación, la cual depende en gran parte depende de factores globales. Lo anterior, podría frenar la economía impactando principalmente la demanda y el crecimiento.

Actualmente se pueden apreciar efectos en la economía que apuntan hacia una recesión, como lo es la caída en la producción industrial y la confianza del consumidor. Sin embargo, existen indicadores fuertes como el empleo y consumo, os cuales podrían contrarrestar el efecto de las políticas restrictivas, dependiendo de la temporalidad de estas políticas y de cada geografía en específico, con lo cual se podría observar en algunos casos, una desaceleración económica sin llegar a caer en una recesión. Como efecto de lo anterior, se ha producido una volatilidad en los mercados financieros, en específico, con respecto a las tasas se ha observado el aplanamiento de las curvas. En las bolsas se observa una baja generalizada por los posibles efectos adversos de la economía, así como afectaciones en monedas como el euro y el dólar con niveles no vistos desde el año 2000. Lo anterior deja notar la particularidad de cada economía respecto a dicho entorno.

En México existe un doble efecto económico. Por un lado, se tiene una exposición directa a Estados Unidos, por lo que dependerá de qué tan eficiente puede ser el banco central en llevar a cabo su política económica sin afectar de manera relevante su economía (“hard o soft landing”). La desaceleración económica estadounidense tendrá un impacto en la economía mexicana (‘efecto cascada’), principalmente en los sectores de manufactura y turismo, principales fuentes de ingreso del país, así como sus remesas. Por otra parte, se tienen los rezagos de la pandemia en la economía mexicana, la cual se encuentra estancada y empieza a resentir impactos relevantes por la inflación para los productores nacionales, sin que aún se vea trasladado al consumo.

Respecto a la lección aprendida en cadenas de suministro, muchas compañías buscarán diversificar su concentración geográfica en su proceso hacia la normalización de operaciones, con el fin de diversificar el riesgo y contar con la capacidad de reacción ante un evento imprevisto. Esto abre la posibilidad de inversión para países como México y regiones como Centro y Latinoamérica por su ubicación geográfica y el bajo precio en la mano de obra. No obstante, existen argumentos en contra debido a la incertidumbre política y cambios de gobierno en dichas regiones.

Por último, se ha observado la importancia del cambio climático, así como la intervención de las compañías en impactos sociales y ambientales dada su operación. Lo anterior ha cobrado relevancia últimamente a nivel del mercado financiero y se han convertido en requisito para las empresas que quieran subsistir en el mediano plazo. En consecuencia, los países deben comenzar a orientar esfuerzos para modificar su legislación hacia dicha tendencia, con el fin de incentivar la inversión local y extranjera en este sentido.

En conclusión, este entorno y sus características generan incertidumbre respecto al futuro de la economía global. Sin embargo, en la adversidad es que se presentan oportunidades para los que están preparados y dispuestos a aprovecharlas. El ahorro a través de la inversión y la diversificación, son ejemplos de algunas.

 

Adolfo López González
VP Portfolio Manager – BBVA Asset Management
adolfo.lopez.gonzalez@bbva.com