¿Qué son los fideicomisos?
Para entender qué son los fideicomisos debes saber que son una herramienta de planificación patrimonial que establece, a través de un contrato, una entidad legal para mantener los activos de una persona u organización y en un momento específico, otorgarlos en beneficio a una empresa o persona designada con anterioridad.
Este tercero debe ser neutral y tiene la tarea de administrar los activos; los fondos fiduciarios pueden contener una variedad de ellos, como dinero, bienes inmuebles, acciones y bonos, un negocio o una combinación de muchos tipos diferentes de propiedades o activos. Así, los fideicomisos pueden formarse bajo una variedad de formas y estipulaciones.
¿Cómo funciona un fideicomiso?
Hay tres partes clave que componen un fideicomiso: un otorgante, que establece un fideicomiso y lo llena con sus activos, un beneficiario, que es la persona elegida para recibir los activos del fideicomiso y un fiduciario, que es el encargado de administrar los activos que se le han confiado.
- La motivación principal para establecer un fideicomiso es que un individuo (o entidad) cree un vehículo que establezca los términos de la forma en que los activos se mantendrán, recolectarán o distribuirán en el futuro.
- Generalmente, como otorgante estás creando un arreglo que, por una variedad de razones se llevará a cabo después; ya sea que no estés en completa disposición o que ya no estés vivo.
- De esta forma, la creación de un fondo fiduciario establece una relación en que un fiduciario designado actúa en el interes exclusivo del otorgante; cuando creas un fideicomiso es para que un beneficiario reciba los activos.
Los beneficios de un fideicomiso
Existen varias razones por las que los fideicomisos son una buena alternativa para asegurar la correcta administración de tus bienes en el futuro:
- Proteges tus activos de las malas intenciones. Si no confías en las personas que pueden tener algún tipo de influencia sobre tus bienes para que ejecuten tus deseos después de tu fallecimiento, un fideicomiso puede ayudarte a que se sigan tus instrucciones al pie de la letra.
- Cuidas a tus seres queridos. Puedes planificar con anticipación cómo administrar tus activos cuando ya no estés, para asegurar que existan los recursos para enfrentar las necesidades económicas de tus seres queridos.
- Resguardas tus activos. Los fideicomisos pueden proteger tus activos de los beneficiarios que hayas elegido. Imagina que eres dueño de una empresa exitosa; en caso de que ya no estés, quieres que el negocio siga por el camino del crecimiento, pero deseas que un porcentaje de las ganancias vaya a tus familiares. Sin embargo, te preocupa que puedan ser muy jóvenes para poder administrar bien la compañía. Al utilizar un fideicomiso, puedes dejar que el fideicomisario sea responsable de supervisar la gestión del negocio. De esta manera, estás protegiendo a tu familia para que obtengan los beneficios económicos, pero no tendrán voz en la gestión del negocio, hasta que sean competentes.
- Puedes definir un plan para que tus activos generen rentas. Hay algunas formas de transferir grandes sumas de dinero mediante un fideicomiso, incluido el establecimiento de un pequeño plan que designas como otorgante. En caso de que suceda algo inesperado, los activos se pueden distribuir para generar una renta. Ese dinero luego se utiliza para adquirir inversiones que generen dividendos, intereses o rentas para que tu beneficiario los disfrute.
Como puedes ver, existen diversas razones para establecer un fideicomiso, que incluyen el proceso legal en el que tus dependientes se pueden ver envueltos para tomar posesión del patrimonio, el poder proteger a tus seres queridos para asegurar que sigan cumpliendo sus necesidades y la posibilidad de indicar exactamente cómo y cuándo tus descendientes reciben tu herencia.
Todo depende directamente de tu situación y de cómo quieras manejar los activos y el patrimonio que has generado, en caso de que no lo puedas administrar directamente tú.