No condiciones tus finanzas por cumplir gustos innecesarios
Llevar una buena relación con tu dinero debe ser una actitud integral y parte de tu estilo de vida. Inicia por los hábitos alimenticios, el ejercicio, la lectura, entre otros. Reflexionar sobre estos aspectos mencionados y sobre cómo afectan al bolsillo, te sorprenderá. Sobre todo, los gastos hormiga.
Nuestras finanzas son las herramientas que nos permiten alcanzar nuestras metas. Es sencillo de decir y laboriosos de lograr, pues implica diseñar estrategias que incluyan contemplar los factores de riesgo y los pasos a seguir.
Es por ello que los malos hábitos dificultan el camino hacia los objetivos. Los hábitos son las conductas que hacemos casi automáticamente al tenerlas arraigadas. Los malos son difíciles de eliminar debido a que nos cuesta trabajo detectarlas. A continuación, revisaremos algunos malos hábitos.
- Fija una meta y planea alrededor de ella
- Eres un comprador impulsivo que no sabe usar su tarjeta de crédito
- Identifica los gastos innecesarios y evítalos
- No vives dentro de tus posibilidades y no tienes un colchón financiero
- No ahorras ni inviertes
Ahorrar sin una meta fija implica que no exista disciplina. Con un objetivo en mente, te darás cuenta de cuáles son las actitudes que no te permiten ahorrar y, al identificarlas, podrás decidir qué hacer para eliminarlas de tu vida y comenzar el camino hacia incrementar tus ahorros.
Cuando te planteas una meta fija y empiezas a planear tus acciones concretas alrededor de ella, te comportarás diferente, te administrarás mejor y notarás tus errores financieros, que muchas veces son imperceptibles hasta que empiezan a entorpecer tus planes. Una vez que los conozcas, evalúa cómo eliminarlos o al menos, disminuirlos.
Definitivamente tienes uno de los peores hábitos financieros si eres un comprador impulsivo, emocional, poco cauto, descuidado e impredecible. Además, es probable que usas tu tarjeta de crédito sin mucha conciencia.
Desafortunadamente es un hábito difícil de combatir pues es uno que se extiende fácilmente en muchas áreas de nuestra vida. Identifica cuáles son los gastos de los que puedes prescindir pues no son de primera necesidad en tu vida diaria.
En ese sentido, los gastos hormiga, aquellas compras que satisfacen un deseo inmediato y efímero, deben ser erradicados. Elabora un presupuesto mensual y trata de no salirte de él.
Utiliza tu tarjeta de crédito sólo para los gastos que valgan la pena y trata de liquidar tus deudas antes de adquirir nuevas. Nunca uses tu tarjeta como dinero extra, pues es un instrumento de financiamiento que incluye un precio por usarla (los intereses).
Una vez que ya sepas con cuánto dinero dispones en el mes, te darás cuenta de todos los gastos innecesarios que normalmente haces. En ellos podemos incluir los "gastos hormiga", que son aquellos desembolsos que no se notan cuando se hacen, pero pesan cuando se suman, y los gastos por capricho, que son cuando nos cuesta distinguir entre nuestros deseos y lo que realmente necesitamos.
Elimina de tu vida esos caprichos que no son necesarios y esos pequeños gastos que acaban con tu quincena.
El costo de la vida es muy alto actualmente, pero ahorrar o invertir no es un lujo, son acciones de primera necesidad. Ambas decisiones requieren de compromisos en el largo plazo, pero lo cierto es que son muy redituables con el tiempo.
Existen diferentes esquemas de ahorro, pero lo más seguros son los que te ofrecen las instituciones especializadas, pues es muy peligroso tener el dinero guardado en casa y en una cuenta de ahorro sin beneficios sólo perderá valor con respecto a la inflación.
Invertir siempre es un poco más riesgoso que ahorrar, pero también los dividendos son mejores. Es importante que definas que tipo de inversor eres y sigas los consejos para ese tipo de inversionistas. No hay inversiones con cero riesgos, pero la rentabilidad lo vuelve más atractivo que simplemente ahorrar.