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Lo que tienes que saber antes de vivir solo

Si ya decidiste vivir solo, debes planear cuidadosamente muchos detalles para que tu transición hacia la independencia sea lo más ordenada posible y sin consecuencias imprevistas e indeseadas.

Algunos datos estadísticos indican que las razones principales para salir de casa de los padres son para ganar independencia y formar una familia. Sin embargo, el costo de la vida fuera de casa de tus padres, puede llegar a complicar el proceso de vivir solo.

Vivir solo no es una decisión que debas tomar a la ligera, pues es fácil decidirlo, pero llevarlo a la práctica implica sacrificios, administración, disciplina y cambios de hábitos, existen diversos puntos a considerar para vivir una independencia plena. Se estima que poco más de un 4% de mexicanos, de entre 20 y 29 años, viven solos. 

Antes de vivir solo, deberían tener independencia financiera y lograr una estabilidad económica que te permita hacer frente a los diferentes gastos asociados.

Estabilidad económica

Una recomendación es que consideres gastar menos del 30% de tus ingresos mensuales en el alquiler, siendo ideal que ese porcentaje incluyera algunos de los gastos relacionados como los servicios básicos. Lo anterior no siempre será posible, y es probable que tengas que considerar un porcentaje mayor de tus ingresos.

Es justo por esa razón, que es común que busques algún compañero de gasto. Puede ser, tu pareja, un amigo o alguien de confianza. Sin embargo, esta no es una solución definitiva, pues la estabilidad económica no se obtiene gracias a alguien más, sino siendo ordenado y planificando en tus gastos.

Lo principal es que puedas analizar objetivamente si puedes pagar tus gastos y mantener el estilo de vida que llevas.

El camino hacia la independencia

  • Haz un presupuesto de tus gastos fijos mensuales e incluye, con toda honestidad, tus gastos extras
  • Una vez que ya hayas identificado tu presupuesto, elige dónde vivirás. Revisa cuánto cuestan las opciones de renta de la zona y los servicios que están por ahí. No olvides revisar la distancia hacia tu trabajo, las rutas y alternativas de transporte o las rutas en auto. De esta manera sabrás si tu presupuesto se ajusta a los precios de la zona
  • Empieza a ahorrar preparándote para el gasto que se acerca. Ahorra por algunos meses antes para gastos relacionados con el proceso de la renta y los de la mudanza. Recuerda también dejar un poco para lo mínimo que tendrás que tener para vivir solo
  • Prepara meticulosamente lo que necesitas para mudarte, algunas veces te pedirán condiciones como rentas en depósito y por adelantado, investigaciones crediticias y fianzas. Antes de iniciar la búsqueda, asegúrate de haber ahorrado lo suficiente para todos estos gastos
  • Además de lo económico, te podrían solicitar otros documentos como identificación oficial, comprobante de domicilio, un aval con una bien raíz en la ciudad, referencias laborales y personales, comprobantes de ingresos y firmar el contrato de renta
  • Revisa que en el contrato se especifique el precio y la forma de pago, además de incluir los datos del propietario, y los tuyos; la ubicación y las características del inmueble inventariadas; el periodo de duración del acuerdo y algunos detalles sobre cómo resolver problemas, así como las obligaciones y derechos de los involucrados

Vivir solo no es sinónimo de tragedia financiera

  • Al empezar a vivir solo, necesitarás muebles, electrodomésticos, utensilios de cocina, vajilla, cubiertos, vasos, productos de limpieza, una despensa inicial y tus artículos de limpieza personal. Es realmente difícil comprar todo esto de golpe, así que el consejo es tomarte este tema con calma, tratando de cuidar no endeudarse demasiado
  • Aprovecha las ventajas que ofrecen los bancos y automatiza los pagos. Si no tienes una tarjeta de crédito puedes pedir una que ocupes solamente para los gastos de tu casa, de esta manera tendrás muchos beneficios y registrarás un buen historial crediticio
  • No olvides ahorrar. Vivir solo supone retos financieros que deben ser cuidadosamente planeados y calculados, pero no puedes dejar de lado el hábito del ahorro

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